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Como buenos emprendedores, no podemos evitar en ocasiones compararnos con los de nuestra raza. Y es que hoy en día es cuando más se está hablando de trabajar para uno mismo, crear algo único, o marcar la diferencia.
En Entrepreneurs Fight Club, toca hablar de los 12 grandes inventos españoles, para que seamos conscientes de que las creaciones patrias son más que un motivo para sacar pecho a nivel internacional.
Detallaremos, uno por uno, cada uno de los objetos más relevantes. ¿Listo? Empecemos.
Los mejores inventos españoles de la historia
Una de las cosas que verás que todos los inventos españoles tienen en común es su usabilidad, ya que a pesar de que muchos puedan señalarse como creaciones manuales son sin duda alguna patentes españolas que demuestran el ingenio y la creatividad de muchas personas en este país.
Así que sin más dilación, comenzamos con nuestros 12 mejores inventos españoles:
La fregona
Aunque parezca una tontería, antes de este invento, las personas tenían que agacharse y raspar el suelo con un cepillo, dejándose los brazos, las rodillas y la espalda con la labor (artritis y artrosis).
Bautizado con el nombre de “lavasuelos”, su creador en 1964, Manuel Jalón Corominas (ingeniero y oficial del ejército del aire), patentó este invento patrio, al cual más adelante le dieron un nombre más comercial, quedándose con el nombre, finalmente, de “fregona”.
Por supuesto, esta creación supuso un antes y un después en las labores del hogar. Sin embargo, el artífice de tal obra, con su empresa Manufacturas Rodex S.A., no se conformó con este objeto, sino que también recurrió a su gran capacidad de inventiva para sacar a la luz otro ingenio más.
La jeringuilla desechable
Así es. De la mano del mismo autor, claro está que supuso una verdadera revolución para la salud en cuanto a grandes inventos españoles se refiere, ya que evita muchos contagios de gérmenes entre pacientes.
Fue el año 1973 cuando llegó a la sociedad dicho elemento de plástico, el cual era ya hartamente necesario. Antes de ese momento, las agujas de hospital solían ser de cristal o de acero inoxidable (las cuales se esterilizaban antes de usar, pero no impedía que se siguieran transmitiendo enfermedades especialmente agresivas, como la hepatitis, o la malaria).
Fue desarrollada en la fábrica de dicho inventor, llamada Fabersanitas, saliendo al mercado como la primera aguja hipodérmica desechable. Podríamos afirmar que fue uno de los inventos más famosos y que más repercusión ha tenido a nivel mundial.
El submarino
El catalán Narciso Monturiol, en 1859, creó el primer submarino de madera, lo cual ya fue toda una hazaña. Sin embargo, quedaba aún más por optimizar, lo cual el murciano Isaac Peral aprovechó.
Esta vez se diseñó el mismo invento, pero de acero inoxidable (1888), aumentando mucho más su resistencia para mayores profundidades. Este primer submarino contaba con 77 toneladas, dos motores (eléctricos, lo cual fue toda una revolución), un lanzatorpedos, y una velocidad de 11 km/h (6 nudos bajo el agua).
El primer submarino militar con estas características, bautizado con el nombre de “submarino Peral”, está hoy en día expuesto en el paseo marítimo de Cartagena, figurando como una de las invenciones militares determinantes de toda la historia del ejército español.
Sigamos con esta lista de los mejores inventos españoles.
El futbolín
Concebido por Alexandre Campos, poeta que utilizaba el pseudónimo de Alejandro Finisterre, en plena Guerra Civil Española. Fue construido en 1973 por Francisco Javier Altuna, aunque la idea inicial perteneció al primero, el cual se aburría en el centro médico donde estaba internado, recuperándose de diversas heridas de guerra.
Dotado de 22 figuras, y unas cuantas barras metálicas clavadas en un tablero, el futbolín se concibió desde sus inicios como uno de los grandes inventos españoles del entretenimiento.
¿Y cómo sucedió el salto al panorama internacional? Su creador se vio obligado a emigrar, y se llevó su invento con él a países como Francia, México, Guatemala o Ecuador.
La calculadora
Aunque la primera calculadora mecánica llegó de la mano de Blaise Pascal en 1642 (llamada en aquel momento “pascalina”, que funcionaba a base de engranajes y ruedas), fue un cántabro, Leonardo Torres Quevedo, que la optimizó.
En 1893 fue presentada en la Real Academia de Ciencias Exactas, cuyo prototipo, lanzado oficialmente en 1914, descansa en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, en la Universidad Complutense de Madrid.
Este invento, capaz de realizar grandes operaciones matemáticas, supuso un antes y un después en los cálculos científicos e ingenieriles, figurando como uno de los mejores inventos españoles de mayor prestigio en dicho ámbito.
El teleférico
Esta especie de ascensor o elevador, fue concebido por el mismo inventor anterior, registrando la patente en 1887. El cántabro ya lo apuntó con su propio puño y letra: “un sistema de camino funicular aéreo de alambres múltiples”. Casi nada.
El primer “vehículo aéreo” de dichas características fue construido y llevado al mercado con éxito en 1907 en la bonita localidad de San Sebastián, al norte de la península española.
Debido a su amplia repercusión, llegó a países tan recónditos como Canadá, erigiéndose en plenas Cataratas del Niágara en 1916.
La guitarra española
La guitarra clásica, compuesta por 6 cuerdas, nació en los albores del siglo XIV en la península ibérica. Sus orígenes radican en la vihuela, que fue evolucionando con el tiempo hasta el modelo actual, desarrollado por Antonio Torres en el siglo XIX.
Todo el mundo coincidirá en que es uno de los inventos españoles más importantes de todo los tiempos, por su gran repercusión en el panorama musical.
El cigarrillo
Aunque la denominación de “grandes inventos españoles” no tendría que figurar este elemento, tampoco se puede mirar hacia otro lado en este caso.
El cigarrillo se cree que se originó en la ciudad de Sevilla, cuando los mendigos de la zona recogían los desperdicios del tabaco de las gentes más pudientes. Los primeros, machacaban los desechos y liaban lo obtenido en papel de arroz.
Sin embargo, el salto a nivel internacional se dio cuando un inventor americano, James Albert Bonsack, creó una máquina capaz de producir miles de cigarrillos en pocos minutos. Pero no restemos importancia al origen hispano de dicha adicción.
El autogiro
También llamado “girocóptero”, este invento español llevado a cabo por el murciano Juan de la Cierva en la década de 1920, es el precedente del helicóptero moderno.
Pudo sacar adelante su creación por dar con la idea del rotor articulado, el cual le da la capacidad de elevarse desde su posición inicial, sin necesidad de tener que coger velocidad, como pasa con los aviones.
El primer viaje documentado realizado con este medio de transporte fue en 1924, pilotándolo el creador del mismo, dentro de la comunidad de Madrid, donde actualmente se encuentra expuesto.
El chupa chups
El origen de este simpático dulce radica en Villamayor, Asturias. Su autor, un catalán llamado Enric Bernat, se dedicó al noble arte de hacer pasteles, como su padre, y su padre antes de su padre. Se le ocurrió comprar la patente de un caramelo redondo, que había salido hacía poco al mercado.
Fue entonces cuando se le ocurrió vender esos caramelos con un palito, que hacía que los niños no se mancharan las manos ni la ropa. Y aunque al principio el palo era de madera, rápidamente fue sustituido por uno de plástico.
La compañía del Chupa Chups pertenece desde 2006 a un grupo italiano, pero no podemos olvidarnos sus orígenes patrios; como también debemos traer a colación que el diseño del logotipo, con forma de margarita, fue creado por Salvador Dalí. Sobran las palabras.
El traje de astronauta
Si hablamos de inventos españoles importantes, no podemos olvidar la “escafandra estratonáutica”, o el “prototraje” que utilizan hoy en día los astronautas en el espacio, fue creada por un granadino llamado Emilio Herrera en 1935.
Era un traje presurizado, ideado para utilizarlo en el vuelo en globo aerostático programado para el año siguiente, que nunca vio la luz, puesto que estalló la Guerra Civil Española. En ese entonces, el coronel Herrera se vio obligado al exilio, donde murió en 1967.
El talgo
El último de los grandes inventos españoles es este medio de transporte, capaz de alcanzar velocidades de 350 km/h. En realidad, Talgo es un acrónimo de Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol, por los apellidos de su diseñador, de nombre Alejandro.
La diferencia con los trenes convencionales, además de su velocidad, radica en su constitución: coches más pequeños, más bajitos, de aluminio y compuestos por un sistema de rodadura diferente, lo que le da más ligereza; he ahí su gran fama.
Conclusión: sintámonos orgullosos de nuestras creaciones
Muchos de estos inventos surgieron por casualidad, otros a conciencia. Pero lo que tienen en común todos ellos, además de mejorar de alguna u otra manera la vida de las personas, es que no son la primera versión.
Para crear algo, y más aún algo valioso, es necesario recurrir a la técnica de ensayo-error, donde hay que fallar más de cien veces para lograr un éxito. Y ese es el día a día de todo emprendedor.
Como decía el gran Thomas Alva Edison:
“Nuestra mayor debilidad radica en renunciar. La forma más segura de tener éxito es siempre intentarlo una vez más”
Con esta lista de los 12 grandes inventos españoles, te quedará la idea grabada en tu subconsciente de que tienes que seguir intentándolo. Darse por vencido es el único fracaso.